Mona catalana a la berciana
Reportaje
Los vecinos de Villar de Acero recibieron ayer como sorpresa el típico dulce de chocolate que se da en Pascua de los visitantes de Barcelona
Paula Díaz corresponsal villafranca

La pequeña localidad del Villar de Acero, perteneciente al municipio de Villafranca del Bierzo se convirtió ayer en la capital del chocolate artístico. Una mona de cacao, al más puro estilo de las que los padrinos barceloneses regalan a sus ahijados cada lunes de Pascua, fue el original obsequio que recibieron todos los villaregos y visitantes con motivo de las fiestas en honor a Santa Lucía. Así, las manos de Tony y Chencho, dos pasteleros villaregos afincados en Barcelona, fueron las herramientas que paso a paso, ingrediente a ingrediente, fueron confeccionando la particular y monumental mona. La base, de más de seis metros cuadrados, fue elaborada con ingredientes como la yema y la mermelada, mientras que para realizar la figura de chocolate, una réplica de la iglesia de Villar de Acero, fueron necesarios cerca de 40 kilogramos de cacao, ya que el dulce templo medía 1,20 por 1,20 metros de planta y tenía una altura cercana a los 80 centímetros. Esta iniciativa, que ya tuvo sus orígenes el pasado año con un pastel de 12 metros, partió de estos maestros pastelero, aunque, según explicó Toni, es más correcto decir «que la iniciativa es del propio pueblo y de sus gentes, que con su esfuerzo y este tipo de actos buscan dar una nueva proyección a esta pequeña población y unir a sus gentes en un esfuerzo común». Lo cierto es que el guante está lanzado y el pueblo y sus visitantes se unieron ayer entorno a ese oscuro objeto del deseo que es el chocolate. y que convirtió ayer a esta pequeña localidad en un dulce lugar donde todos los asistentes se sintieron un poco Hansel y Gretel.